Nos
encontramos en época de fresas (Primavera), vamos a aprovechar esta circunstancia
para obtener una deliciosa mermelada de fresa casera. La mermelada es un
alimento ideal para consumir en desayunos y meriendas, así como para acompañar
postres o incluso para elaborar recetas de carnes. A finales de Septiembre es
época idónea para la mermelada de melocotón. En este enlace tenéis la receta de
la mermelada de melocotón.
La elaboración de la receta os la dejo en dos versiones: la versión tradicional y la versión con Thermomix.
Ingredientes:
500 gr. de fresas en
trozos
400 gr. de azúcar
El zumo de un limón
Elaboración con Thermomix:
Lavamos y troceamos las fresas, hasta
conseguir el medio kilo.
Echamos los trozos en la Thermomix, añadimos
el zumo de limón, tapamos, programamos 8
segundos en velocidad 4.
Abrimos incorporamos el azúcar y
seleccionamos, en temperatura Varoma, 30 minutos, velocidad 1. Si vemos que está
muy líquida, lo ponemos un par de minutos más.
Cuando finalice el tiempo guardamos la
mermelada en un tarro de cristal, limpio y seco que llenaremos hasta el borde y
cerraremos y pondremos bocabajo para hacer el vacío y conservarlo durante meses.
Después dejamos enfriar el tarro y una
vez que esté frío le ponemos una pegatina con la fecha de envasado y el tipo de
producto. Comprobamos si se ha hecho el vacío correctamente, para ello
presionamos con el dedo la tapa y si no se hunde (no suena clic-clac) es que
hemos conseguido nuestro objetivo y podemos guardar los tarros en un lugar seco
y oscuro, conservándolos así, durante meses.
Elaboración tradicional:
Colocamos las fresas trituradas en un
cazo junto con el azúcar y el zumo de medio limón. Calentamos y removemos
continuamente hasta obtener una mermelada espesa, momento en el cual
retiraremos del fuego y dejaremos enfriar. Una vez fría, guardamos la mermelada
en un tarro de vidrio, limpio y seco que llenaremos hasta el borde y cerraremos
y pondremos bocabajo para hacer el vacío y conservarlo durante meses.
Después dejamos enfriar el tarro y una
vez que esté frío le ponemos una pegatina con la fecha de envasado y el tipo de
producto. Comprobamos si se ha hecho el vacío correctamente, para ello
presionamos con el dedo la tapa y si no se hunde (no suena clic-clac) es que
hemos conseguido nuestro objetivo y podemos guardar los tarros en un lugar seco
y oscuro, conservándolos así, durante meses.
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