TARTA DE CHOCOLATE Y CERVEZA NEGRA CON FROSTING DE QUESO

Esta era una de las recetas pendientes desde hace tiempo, y que mejor ocasión que la de celebrar mi cuarenta cumpleaños. Llevo meses finalizando muchos de los proyectos que tenía pendientes, no sé si será por la entrada en la nueva decena ;)


Para esta ocasión realicé dos versiones, una mini tarta para celebrar con la familia y una docena de cupcakes que me llevé a la oficina para compartir con mis compañer@s de trabajo.



Vamos con los ingredientes para la masa:
180 gr. de harina de repostería
70 gr. de cacao puro en polvo (Valor)
1 cucharadita de levadura
¾ cucharadita de bicarbonato sódico
2 huevos tamaño L
200 gr. de azúcar
60 ml. de aceite de girasol
1 cucharadita de extracto de vainilla
200 ml. de cerveza negra
60 ml de leche entera 
100 ml  de buttermilk
Ingredientes para el frosting de queso:
300 gr. de azúcar glass
50 gr. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
250 gr. de queso para untar frío, tipo Philadelphia. 
Procedimiento:
Vamos a empezar haciendo el buttermilk, necesitamos 250 ml de leche entera a temperatura ambiente al que le añadimos una cucharada sopera de limón,  dejamos reposar la mezcla unos 10 minutos. Si la leche aparece con aspecto de cortada, hemos conseguido nuestro buttermilk. OJO!!!! Para esta receta sólo hacen falta 100 ml de buttermilk.
Encender el horno y precalentar a 180º C.
En un recipiente echar la harina, la levadura, el cacao y el bicarbonato, mezclar todos los ingredientes y tamizarlos con un colador. 
En otro recipiente poner los huevos, el azúcar, el aceite y los 60 ml de leche. Batir hasta conseguir una mezcla homogénea.
Añadir el extracto de vainilla, la cerveza y el buttermilk, batir de nuevo y empezar a verter la mezcla de ingredientes secos,  mezclar suavemente hasta conseguir todos los ingredientes estén bien mezclados.
Ahora viene el momento de repartir la masa en el molde para tarta y en las cápsulas de papel, hay que tener cuidado, y no llenar los recipientes más de la mitad, pues con el horneado la masa sube y puede "derramarse".
Hornear durante unos 20 minutos a 180º C.
Mientras se enfrían hacemos el frosting de queso:
Poner en un bol la mantequilla a temperatura ambiente, el queso bien frio, y el azúcar glass.
Batirlo todo con unas varillas hasta conseguir una masa homogénea, dejar enfriar en el frigorífico y luego con una manga pastelera y una boquilla decoramos los cupcakes y la tarta.
Ni que decir tiene que el éxito fue rotundo, tanto en casa ( que son muy, muy exigentes) como en la oficina.
Contenta y feliz con el resultado obtenido, este fin de semana la voy a hacer de nuevo, ya que tenemos visita y vamos a catarla otra vez :)

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